Cuando una persona vive una situación particularmente estresante o traumática, su cerebro funciona de manera diferente.
Las Técnicas de Integración Cerebral tienen el objetivo de hacer que ambos hemisferios trabajen de manera conjunta para resolver los conflictos y los traumas.
Al activar ambos hemisferios se produce un cambio de perspectiva y la persona cuenta con más recursos para hacer frente al problema.
Esta técnica se utiliza fundamentalmente para tratar trastornos como la depresión, la ansiedad, el estrés postraumático y las fobias.